Henry Sossa, doctor en biotecnología e investigador de la UNAL. (Foto: Henry Sossa / UNAL)
El grupo de los rotavirus, conocido especialmente por causar gastroenteritis, ha tomado un giro inesperado como potencial herramienta en la lucha contra el cáncer de estómago o gástrico, considerado como un problema de salud pública en muchas naciones. Solo en Colombia, en 2020 ocupó el cuarto lugar de incidencia con 8.214 nuevos casos y el primer lugar en mortalidad con 6.541 fallecimientos para ambos sexos y todas las edades.
Concretamente el rotavirus WT1-5 (desarrollado por el virólogo Carlos Guerrero de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y su equipo), que surgió a través de una evolución experimental dirigida, presentó prometedoras perspectivas.
Mediante múltiples pases en cultivos de diversas líneas celulares tumorales humanas (cáncer de pulmón, mama, próstata y gástrico, entre otros), el virus se transformó en un agente capaz de infectar y destruir de manera selectiva y eficiente las células tumorales.
Su afinidad por las proteínas que aumentan o se ubican en las membranas de estas células tumorales, como las integrinas αVβ3, proteínas de choque térmico (Hsc 70), y proteínas disulfuro isomerasa (PDI), favorece su potencial terapéutico.
Para la investigación se seleccionaron 6 pacientes hombres entre 54 y 64 años que presentaban cáncer gástrico hace 5 años, a quienes les extirparon los tumores mediante cirugía en el Hospital Universitario de La Samaritana en Bogotá.
Ninguno de estos pacientes se había sometido a quimioterapia o radioterapia preoperatoria, ni tuvo cáncer múltiple sincrónico o metacrónico en otros órganos, es decir que nunca habían recibido un tratamiento previo para esta enfermedad.
El doctor en Biotecnología Henry Sossa, de la Facultad de Odontología de la UNAL Sede Bogotá, lideró la investigación que empleó el rotavirus WT1-5 en terapia vírica oncolítica (aquella en la que dichos agentes se adaptan en un laboratorio para destruir las células cancerosas) en cultivos de cáncer de estómago, también conocido como adenocarcinoma gástrico.
Según el doctor Sossa, “este virus presenta un excepcional nivel de selectividad al atacar exclusivamente las células tumorales, minimizando el riesgo de daño a las células sanas”.
Colombia, como muchos países, enfrenta tasas alarmantes en incidencia y mortalidad por cáncer gástrico, y la mayoría de los pacientes no detectan la enfermedad en etapas tempranas, lo que resulta en tumores avanzados inoperables.
Las terapias tradicionales, como quimioterapia y radioterapia, a menudo tienen efectos adversos y ofrecen una supervivencia limitada.
Los nuevos hallazgos presentan una esperanza para cambiar esta realidad. Para eso se realizaron pruebas en muestras de tejidos tumorales gástricos infectados con el rotavirus WT1-5, utilizando un modelo de infección ex vivo, o sea que se infecta el tejido tumoral que está vivo en medio del cultivo.
Los resultados indican que el virus se propaga de manera eficiente en células tumorales desde las 12 horas postinfección y muestra un alto grado de infección a las 24 horas.
Además, el rotavirus demostró su capacidad de propagarse a través de todas las capas del tumor gástrico, induciendo la necrosis del tejido entre 48 y 60 horas.
“Este sorprendente descubrimiento sugiere que la terapia vírica oncolítica con el rotavirus WT1-5 representaría una alternativa coadyuvante rápida, efectiva y no invasiva para pacientes con cáncer avanzado”, anotan los expertos.
Además, se plantea la posibilidad de que esta terapia induzca una respuesta inmunológica antitumoral, mejorando la eficacia del tratamiento y reduciendo las posibilidades de recurrencia del tumor.
El desarrollo de esta investigación, una colaboración entre la UNAL y el Hospital Universitario de La Samaritana, ha requerido cinco años de arduo trabajo y esfuerzo en el campo de la oncología, y gracias a los logros obtenidos esta tesis de doctorado recibió distinción meritoria.
“Los resultados han validado la importancia del modelo de explante tumoral, acercando esta innovadora terapia a ensayos clínicos en pacientes con carcinomas gástricos irresecables. Como investigador confío en que este hallazgo ofrezca una nueva esperanza a quienes luchan contra el cáncer gástrico avanzado”, concluye Sossa. (Fuente: Agencia UNAL) y (Amazings® / NCYT®)