Nuevo y revolucionario material para implantes quirúrgicos

El nuevo material podría resultar adecuado para aplicaciones en diversos dispositivos médicos orientados a reforzar o reemplazar tejidos humanos. La «nariz» impresa en 3D en la imagen es un ejemplo de cómo el material podría actuar como un posible reemplazo del cartílago. (Foto: Anna Lena Lundqvist / Chalmers)

Se ha creado un nuevo material, parecido al caucho y con un conjunto único de propiedades, que podría actuar como sustituto del tejido humano en algunas intervenciones quirúrgicas para implantes. El material tiene el potencial de ofrecer para las personas receptoras de un implante muchas e importantes ventajas respecto a otros materiales.

En el desarrollo de productos de tecnología médica, hay una gran demanda de nuevos materiales adecuados para su integración en el cuerpo humano. La introducción de materiales en el cuerpo conlleva muchos riesgos, tales como infecciones graves, entre otras cosas. Muchas de las sustancias utilizadas hoy en día, como el Botox, resultan muy tóxicas y hay que usarlas con precauciones muy rigurosas. Hay una gran necesidad de nuevos materiales que sean más adaptables y más “naturales”.

El equipo de Anand Kumar Rajasekharan y Martin Andersson, de la Universidad Chalmers de Tecnología en Suecia, ha desarrollado y patentado un material que está hecho únicamente de componentes que ya han demostrado funcionar bien en el cuerpo humano.

La base del material es la misma que la del plexiglás, un material que es común en aplicaciones de tecnología médica. Mediante el rediseño de su composición, y a través de un proceso llamado nanoestructuración, los investigadores dieron al nuevo material una combinación única de propiedades. La intención inicial de los investigadores era producir un material duro parecido al hueso, pero finalmente optaron por desarrollar un material muy blando, flexible y elástico.

El nuevo material parecido al caucho puede resultar adecuado para muchas aplicaciones que requieren una combinación poco común de propiedades: alta elasticidad, fácil procesamiento y aptitud para usos médicos.

La primera aplicación que los creadores del material tienen en mente son los catéteres urinarios. El material puede elaborarse de tal manera que impida el crecimiento de bacterias en la superficie.

La estructura del nuevo material permite que su superficie sea tratada para que se vuelva antibacteriana de un modo natural y sin toxicidad. Esto se logra pegando péptidos antimicrobianos (pequeñas proteínas que forman parte de nuestro sistema inmunitario innato) en su superficie. Esto puede ayudar a reducir la necesidad de antibióticos y hacer así una importante contribución a la lucha contra la creciente resistencia microbiana a los antibióticos.

Debido a que el nuevo material puede ser inyectado e insertado a través de una cirugía de “ojo de cerradura” (que requiere solo una pequeña incisión), también puede ayudar a reducir la necesidad de una cirugía drástica y operaciones para reconstruir partes del cuerpo. El material se puede inyectar a través de una cánula estándar como un fluido viscoso, para que forme sus propias estructuras elásticas dentro del cuerpo. O bien, el material también puede imprimirse en 3D en estructuras específicas según se requiera.

Hay muchas enfermedades en las que el cartílago se deteriora y se produce fricción entre los huesos, causando un gran dolor a la persona afectada. Andersson opina que el nuevo material podría servir de reemplazo en esos casos.

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